A las 2 de la mañana, la tranquila calle Güemes fue escenario de un violento episodio cuando dos motochorros intentaron robar a tres jóvenes que se encontraban en una vivienda. El objetivo delictivo tomó un giro inesperado cuando uno de los afectados resultó ser un efectivo de la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas de la Policía Bonaerense.
Los delincuentes, a bordo de una motocicleta, abordaron al grupo y lograron arrebatarle el celular al policía en cuestión. En el forcejeo, Gonzalo Lionel Villalba Blanco, uno de los ladrones y con antecedentes penales, dejó caer el teléfono. Ante el intento de recuperación por parte de un amigo del agente, Villalba lo amenazó con su arma y lo obligó a ingresar a la casa.
Dentro de la vivienda, el policía no dudó en dar la voz de alto al ladrón. Sin embargo, Villalba respondió apuntándole con su arma. Ante la amenaza inminente, el efectivo realizó diez disparos, hiriendo al menos una vez en la ingle al delincuente.
En una rápida respuesta, el cómplice de Villalba subió a su compañero herido a una moto de alta cilindrada y lo trasladó aproximadamente 30 cuadras hasta la puerta de la guardia del Hospital Eva Perón. La maniobra de escape fue ejecutada con eficacia, abandonando al ladrón herido antes de darse a la fuga.
Las autoridades hospitalarias recibieron al herido de inmediato, mientras que la policía inició una investigación para dar con el paradero del cómplice prófugo. El policía agredido, por su parte, está siendo asistido y se espera su pronta recuperación.