ENCONTRARON RESTOS DE UN DINOSAURIO EN MERLO

Palenteólogos descubireron en Merlo restos fosilizados de un ejemplar de Neoesclerocalyptus perteneciente al grupo gliptodontes, un género extinto de grandes mamíferos con caparazón, al margén del Rio Reconquista.

Según la investigación, los huesos corresponden a partes de la cintura pelvica, vértebras y tubo caudal del animal. Además, se hallaron marcas de corte que no parecían haber sido causadas por animales carnívoros, ya que seguían patrones de corte que corresponden a huesos de animales consumidos por cazadores recolectores en la antiguedad.

El descubrimiento estuvo a cargo del paleontólogo Guillermo Jofré, el Dr. Mariano del Papa de la División Antrologíca del Museo de La Plata y el Lic. Martín de los Reyes de la misma agrupación científica.

En este sentido, Martín de los Reyes especificó que la antiguedad de los fósiles correspondería «hace unos 21.000 años antes del presente».El hallazgo fue publicado en la revista científica internacional PLOS ONE y representa una de las evidencias de presencia humana más antiguas de Sudamérica y su interacción directa con la megafauna autóctona.

HISTÓRICO DESCUBRIMIENTO

Además, en el hallazgo realizado por expertos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y el Museo Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) identificaron marcas de origen antrópico, es decir hechas por humanos, en el esqueleto de un gliptodonte.

Los restos fueron hallados a orillas del río Reconquista, cerca del Dique Roggero, en el límite entre Merlo y Moreno, que datan de 21.000 años atrás, unos 5.000 años antes de la etapa histórica en la que está aceptado que llegaron los primeros pobladores al continente americano.

El fósil, perteneciente al género Neoesclerocalyptus -pariente de las mulitas y peludos actuales y extinto hace 10 mil años- con partes articuladas, compuesto por las vértebras y el tubo caudal, o estuche de la cola, fue hallado por Guillermo Jofré, que tiene a su cargo el Repositorio Paleontológico Ramón Segura de Merlo.

En cuanto al origen de las marcas que presentaba el esqueleto, tanto en vértebras como en los osteodermos del tubo caudal, no eran aleatorias y seguían patrones de corte. “El patrón es de desposte, como los cortes que hace un carnicero, en lugares específicos como las inserciones musculares o los tendones. Ahí cortaron. Lo carnearon”,

Este hallazgo no sólo se convierte en una de las evidencias de presencia humana más antiguas de Sudamérica, sino que confirma además la interacción directa del ser humano con la megafauna, la cual decreció progresivamente hasta extinguirse finalmente casi diez milenios más tarde.