BOCA BOCA SIEMPRE BOCA

Si el mejor de los escritores hiciera una novela sobre el fútbol argentino, no le llegaría ni a los talones a lo que se vivió este fin de semana. Boca no venció a Independiente pero le alcanzó para ser el dueño del torneo. Racing tuvo todo para lograr el título pero erró en el final. Penales, goles anulados y estadios explotados. Todo, en un radio de 40 cuadras.

Los 4 equipos grandes del país se enfrentaron entre sí para dictaminar quien es dueño del fútbol nacional. Bocal el único puntero hasta la última fecha, vestía a su casa de gala para recibir a un Independiente que traía en su inconsciente la palabra “ganar”.

En el Presidente Perón, las banderas no fueron miles pero con el trapo “habitué” cubrió la mitad del estadio bastó y encendió al Cilindro bajo un marco histórico. “LA N°1 TE AMA”. Vaya que se notó. Como si no fuera poco, dicho duelo representó el último partido en el que River tuvo como mandamás al muñeco Gallardo. Mucha sal y pimienta en el sprint final, es decir, sobrepasado de condimentos.

¿Xeneizes gritando un gol de River? ¿Académicos extasiados por un penal favorable al rojo?. Si, todo eso pasó, y en menos de 2hs.

17:00 hs. La pelota rodaba en Avellaneda y en La Boca. Los primeros minutos de ambas contiendas se vestían de la misma forma. El 0 a 0 predominaba en el aire y el grito de gol no salía de la boca de nadie. Entrando en los últimos 15, Advincula choca a Lucas Rodríguez y le cede al  rojo la posibilidad de abrir la caja de pandora. Penal para Independiente.

Leandro Fernández no dudó en patear y poner a su equipo arriba en el marcador. El tanto se gritó en toda Avellaneda, sin exagerar. Racing sabía que con ese resultado tenía  que vencer al millonario y consagrarse campeón. La academia intentaba desesperadamente su imposición en su guerra pero eso no llegaba. 2 minutos más tarde, sonó el teléfono, nuevas noticias pasaban en el Alberto J. Armando.

Tras un tiro libre con tinte azul y oro, Pol Fernández emparejaba las cosas  y le borraba media sonrisa a los académicos.

 La noticia no tardó en llegar. De igual forma, Racing no podía marcar y hasta había perdido el rumbo del partido. El final de la primera parte apareció y los nervios no se fueron al descanso, todo lo contrario, entraron de titulares indiscutidos.

18:00hs. La hora final comenzaba a girar, al igual que la pelota. Las buenas noticias le seguían perteneciendo a Boca que se puso arriba en el partido con el tanto de Villa. En 5 minutos, la cosa se ponía más cuesta arriba para los de Gago.

A los 15 del ST, un penal “sonso” en el área millonaria le daba la chance a Racing de ponerse en ventaja. Matías Rojas definió como los dioses e hizo estallar a la academia una vez más. Si, una vez más, ya que el primer grito racinguista llegó tras el gol de Independiente, cosas del fútbol.

UN RATO ANTES DE LAS 19 HS: El final tenía deparado un capítulo más a esta increíble historia, que quedará grabada como una de las definiciones más impensadas y dramáticas del fútbol argentino.

Un gol de Borja para el 1 a 1 del millonario aliviaba a Boca, pero nadie, ni el más rebuscado escritor de suspenso iba a poder imaginar lo que iba a pasar en los minutos finales.

Un cabezazo de Vallejo, puso el 2 a 2 para Independiente, y generó el murmullo en la Bombonera, porque en el imaginario popular estaba rondando la idea de que River se deje ganar para perjudicar a Boca. Lo que sucedería en el último minuto solo echaría más leña al fuego. Penal para Racing (inexistente) y ahora la Academia estaba a 12 pasos del campeonato. Esta vez no fue Rojas, que ya no estaba en cancha. Hauche lo quería ejecutar, pero finalmente, luego de discusiones, se determinó que pateé Jonathan Galván.  

Armani no tenía nada que perder, se podía tirar a un palo y q la pelota entre al otro y evitar que Boca de la vuelta, pero el arquero de la selección fue con determinación, abajo contra el palo derecho, más allá de la mala ejecución y con esa tapada Armani se llevaría la ovación, pero de la Bombonera.

En el epílogo Borja iba a terminar de poner el 2 a 1 para River y terminar con una definición de locos.

Boca Campeón, sin sobrarle nada, es cierto, penando también hasta el final. Pero nadie podrá discutir que en los últimos tiempos el xeneize siempre está, y aunque muchos lo discutan, sigue siendo el campeón (Ahora Bi) del fútbol argentino.