En el clásico entre Luján vs Alem, barras del conjunto lechero quisieron ingresar al Estadio Municipal de Luján para presenciar el partido. Al ver la negativa, comenzaron a disparar sin piedad tanto a la policía como a los barrabravas locales. El saldo fue de 1 muerto y más de 7 heridos.
La víctima fatal fue identificado como Joaquín Coronel, de 18 años, quien había recibido un disparo de arma de fuego en la caja toráxica. Había sido trasladado de urgencia al hospital de Luján en grave estado luego de los incidentes.
Lo que podría haber sido una jornada a puro disfrute y dinamismo deportivo, se vió manchada por la violencia y el oportunismo por parte de unos pocos que solo buscan su beneficio a costa del fútbol. El partido fue suspendido.
Luego de la suspensión, el presidente honorario de Luján, Mariano Peretto, dijo en diálogo con esa señal informativa que los baleados serían “siete u ocho”, todos hinchas de Luján. Había unos 90 efectivos uniformados en el partido, el doble de lo que usualmente se demanda para un partido de la categoría.
Respecto de los hechos que llevaron al árbitro Nicolás Kresta a la suspensión, el dirigente Peretto, de Luján, aseguró: “Identificamos un grupo de hinchas de Alem que vinieron en una camioneta, serían unas 10 o 12 personas”.
“Se bajaron y quisieron entrar al estadio sin autorización y, obviamente, al no tener autorización sólo tienen permitido el ingreso los dirigentes y los jugadores. Esta gente quiso entrar a la fuerza”, detalló.
Lamentablemente, la violencia no conoce de categorías, el problema de las barras sigue siendo el punto neurálgico del fútbol argentino en su imposibilidad de avanzar.